domingo, 12 de mayo de 2013

Die Raben



"Lo monótona que sería la vida si Dios no hubiera inventado los cuervos"
(Enrique Vila-Matas)

Nos miramos. Fue algo imprevisto, inevitable, el que el destino nos hubiera cruzado en ese momento. Su mirada se me clavó: intensa, fija, negra, unos ojos enormes que parecían tener conocimiento de lo que yo pensaba en cada momento. Me miraba de una forma que me hipnotizaba y me hacía querer gritar, cerrar los ojos y que al abrirlos ya no estuviera. Sentí escalofríos por la espalda, la boca seca, y un miedo paralizador. 

dibujo cuervos sobre fondo blanco  Foto de archivo - 7735361
Solo soy capaz de poner este dibujito.
Realmente no sé desde cuándo tengo este pánico exacerbado a los cuervos. Creo que no hay ninguna historia traumática de la infancia que me haya hecho temer a estos pajarracos, pero lo cierto es que, desde que vi el primero en 2006, en Londres, les tengo un pánico que no puedo controlar de ninguna manera. Si veo u oigo un cuervo (o una corneja, tanto da mientras grazne de esa forma tan metálica), el miedo se apodera de mí, como la gente que ve ratones o cucarachas o una araña. Me da la sensación de que tengo ornitofobia, porque aunque el cuervo sea el pájaro con el que más me pasa, no es el único que me aterroriza.



Quizás el miedo me venga de la memoria colectiva, a saber. La gente siempre me dice "pero, ¿por qué les tienes miedo? ¿te han hecho algo alguna vez?", no, pero dales tiempo. El refrán dice muy clarito "cría cuervos y te sacarán los ojos". Y el refranero está ahí por algo, ¿o no? 

Y la literatura... en la literatura estos malditos pájaros negros aparecen sin parar. Ya no sólo el de Allan Poe, sino que desde antiguo estos pájaros son símbolo de mal agüero. Bueno, los pájaros negros en general (como los de la María de Isaacs). Al pobre Cid también le hicieron lo suyo los pajarracos estos:
A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra
y entrando a Burgos ovieron la siniestra.
Esta relación que se da a los cuervos con la mala suerte, la proximidad de la muerte, etc., es muy normal dentro de la cultura más latina. Sin embargo, en la mitología nórdica o céltica, los cuervos sí que tienen buena reputación. Entiendo que puedan ser apreciados como símbolo bélico, porque dan un mal rollo enorme, a mí me tienen de enemiga, me ponen dos delante, y les vendo hasta a mi madre. Pero lo que digo, por allí por el Sur sí que dan un poco más de grima. Una explicación que se achaca a esta mala reputación que tienen, es el graznido. A veces, no sé si lo habréis oído, hacen un "kraaa" seco y ronco. Yo tuve la experiencia de escuchar esto a menos de dos metros en Comida (una ciudad de por aquí) antes de Navidad, en una expedición a Primark con las valencianas. Un cuervo enorme y negrísimo se puso encima del puesto en el que nos estábamos comiendo unas salchichas. Yo no podía ni tragar, y ellas se reían de mí. Creo que ha habido pocas veces que lo haya pasado peor. Pero me desvío, que el "kraa" ese que hacen que parece a "cras", 'mañana' en latín, y que eso hizo que nos asustara.

Levi-Strauss, el antropólogo, dijo que el cuervo tiene un estatus místico porque se lo considera uno de los mediadores entre la vida y la muerte. Puede ser. No tengo muy claro lo que significa eso, pero a mí me da la sensación de que debe de ser que te picotean y median para que antes estés vivo y luego muerto. No me tranquiliza.

Para intentar calmar este miedo, he intentado buscar cosas que me parezcan bien de las que hacen los cuervos, por ver si así, encontrando afinidades, no se me salía el corazón por la boca al ver uno (y aquí, en la Ciudad Posnuclear, no hay día que pase que no los vea). Como cosas positivas, los cuervos tienen la monogamia. Me parece muy bonito que se busquen una pareja, hagan un nido, y se pasen la vida juntos. Algo adorable, de verdad. Pero insuficiente para tener mi apoyo. Son bilingües, los bichos entienden a otros bichos alados. E imitadores. E inteligentes. Y a mí estas cualidades, lejos de agradarme, me dan miedo. Si imitan seguro que lo hacen por maldad. Y su inteligencia no la aplican a desarrollar estructuras de nidos sólidas, o sistemas de alimentación menos basados en la basura humana, sino que la usan para manipular a otros animales y que trabajen para ellos, son como jefes neoliberales.

B. me dijo un buen día que me fijara en lo estúpidos que suenan. Los imitó y me hizo gracia. Hubo un tiempo en que recordando su cara y la imitación se me pasaba el miedo, hasta que llegó uno planeando demasiado cerca de mi cabeza y recordé que son seres horribles que me sacarán los ojos si los crío. O se llevarán mis objetos brillantes.

Una de las pocas cosas que me alegran de irme de aquí pronto es justamente esta: que en casa no hay cuervos. Eso sí, hay unas gaviotas que... 

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