jueves, 23 de mayo de 2013

Otras palabras robadas

El guardián entre el centeno, J.D. Salinger
(Sobre libros) "Los que de verdad me gustan son esos que cuando acabas de leerlos piensas que ojalá el autor fuera muy amigo tuyo para poder llamarlo por teléfono cuando quisieras.
"Si yo fuera pianista, creo que tocaría dentro de un armario."
"Me paso el día entero diciendo que estoy encantado de habaerlas conocido a personas que me importan un comino. Pero supongo que si uno quiere seguir viviendo, tiene que decir tonterías de esas. "
"Antes yo era tan tonto que la consideraba inteligente porque sabía bastante de literatura y de teatro, y cuando alguien sabe de esas cosas cuesta mucho trabajo llegar a averiguar si es estúpido o no."
"Cuando uno sabe hacer una cosa muy bien, si no se anda con cuidado empieza a pasarse, y entonces ya no es bueno."
"Todos los que lloran como cosacos con esa imbecilidad de películas suelen ser luego unos cabrones de mucho cuidado, de verdad."
"Cualquier cosa menos que me dejen en un cementerio. Eso de que vengan todos los domingos a ponerte ramos de flores en el estómago y todas esas puñetas... ¿Quién necesita flores cuando ya se ha muerto? Nadie."
"No cuenten nunca nada a nadie. En el momento en que uno cuenta cualquier cosa, empieza a echar de menos a todo el mundo."

miércoles, 22 de mayo de 2013

Las líneas de tu mano

El tren no iba demasiado rápido, faltaba aún un poco para llegar. Tendió su mano encima de la mesa y ella la cogió entre las suyas. Acarició la palma con suavidad, haciéndole cosquillas, y clavó su mirada en las líneas. Fue recorriéndolas una a una con su dedo índice, y mientras tanto le iba explicando:

— Esta es la línea de la vida, mira, es profunda y te baja casi hasta la muñeca, ¿lo ves? Eso significa que vas a vivir muchísimos años. La mía es corta...

— Te lo estás inventando...

— Qué va, hace años que sé leer la mano, si no me crees tú verás, pero te digo que sé hacerlo. Hazme caso y mira mi línea de la vida.

—Tienes razón, es muy corta.

— Sí, pero fíjate en la del amor, es larga y profunda, aunque con bastantes cambios... Y la tuya es muy débil y, sobre todo, corta.

— Vaya, ¿y eso qué significa?

— Que todo encaja, ¿no ves que yo me muero pronto?

Él la miró y sonrió, es ilógica lógica funcionaría. Al menos, durante ese día así fue.

lunes, 20 de mayo de 2013

La Tregua, Benedetti.

No es que me entusiasmara, pero fue un libro de verano del que subrayé y marqué aún más de lo que pongo aquí.
"Hoy fue un día feliz, sólo rutina"
"Una triste con vocación de alegre"
"Pero todo fue siempre demasiado obligatorio como para que pudiera sentirme feliz"
"Si alguna vez me suicido, será en domingo"
"Yo nunca he juntado valor para empuñar una máquina fotográfica o un revólver"
"Acaso Dios tenga un rostro de croupier y yo sólo sea un pobre diablo que juega a rojo cuando sale negro, y viceversa"
"Nuestra sensibilidad es primordialmente digestiva. Nuestra innata vocación de demócratas se apoya en un viejo postulado: Todos tenemos que comer".
"Tenía veinte años y era joven; tenía treina y era joven; tenía cuarenta y era joven. Ahora tengo cincuenta y soy todavía joven. Todavía quiere decir: se termina".
"Pero, cuando además de desgraciado, uno se siente opaco, cuando no queda sitio para la rebeldía, el sacrificio o la heroicidad, entonces hay que llorar sin ruido".
"La burla proporciona una especie de solidaridad"
"Tampoco estoy seguro de que Dios, si existe, vaya a estar conforme con nuestra credulidad a partir de algunos datos desperdigados e incompletos".
"Allí donde normalmente va la dignidad, él sólo tiene un muñón"
"Cuando ella murió, la risa se me cayó de la boca".
"La más horrible variante de la soledad: la soledad del que ni siquiera se tiene a sí mismo".
"Yo también fui hijo único. Y no es fácil, uno acaba por sentirse desamparado"
"Tal vez el secreto resida en que mi cerebro tiene algunas necesidades propias del corazón, y mi corazón algunas exquisiteces propias del cerebro".

martes, 14 de mayo de 2013

Los hombres y las telenovelas

Algo raro debo de tener dentro. A lo mejor en otra vida fui guionista de telenovelas latinoamericanas y es por eso. O puede que supla lo corto de mi nombre con los largos. Keine Ahnung.

Todos los tíos con los que he tenido algo más o menos serio, tienen un nombre que parece sacado de una telenovela, y es un hecho constatable. Nombres compuestos, combinaciones fruto de mentes maquiavélicas y disputas familiares entre el nombre que la madre quiere y el que le corresponde por tradición familiar, o los nombres de los dos abuelos aunque no peguen ni haciendo esfuerzos. Pero también hay nombres que incluso siendo simples pueden formar parte de esa novela absurda que parece que es en estos temas mi vida.

lunes, 13 de mayo de 2013

Lo dicen otros, lo dicen mejor

Desde que tengo el ebook lo de subrayar lo puedo tener guardado para siempre. Antes tenía que coger una libreta y escribir yo todo lo que había remarcado. Tenía su encanto, la verdad, aunque era un desastre y cada vez que leía un libro cogía una libreta diferente y al final no servía para nada. Así, como cosa que puede ser curiosa, voy a poner de vez en cuando lo que he marcado en un libro, para tener como una especie de recopilatorio en el que no ponga "mi subrayado en la página tal, posición cuál, añadido tal a tal hora". Empezamos.

Los girasoles ciegos. Alberto Mendez.
"Superar exige asumir, no pasar página o echar en el olvido."
"En España no se ha cumplido con el duelo, que es, entre otras cosas, el reconocimiento público de que algo es trágico y, sobre todo, de que es irreparable".
"Escribo porque no quiero recordar cómo se reza ni cómo se maldice"
"Yo me dejaré caer en los pastos que cubrirá la  nieve para que de las cuencas de mis ojos nazcan flores que irriten a quienes prefirieron la muerte a la poesía"
"Mi hijo no quiere una vida nacida de la muerte. ¿O sí?"
"Por un momento tuve la sensación de que también yo iba a morir. Pero morir no es contagioso. La derrota sí"
"No he escrito su nombre porque, si aún hay ángeles, sé que reconocerán el alma bondadosa de Elena entre un mar de almas bondadosas".
"Hoy ha nevado todo el día. Estas montañas deben ser la residencia de todos los inviernos".
"(refiriéndose a los lobos) Su necesidad de comer les confiere una fiereza casi humana".
"¡Yo quería ser un rapsoda entre las balas!"
"Con la turbación con que se pronuncia un sortilegio"
"Le asfixiaba la memoria y sólo quería recordar a toda costa"
"Una angustia sobre la angustia, una incertidumbre sobre la incertidumbre".
"Si estuviéramos vivos en la tumba, terminaríamos por amar a los gusanos".
"La Luz y el Dolor forman parte de la misma incandescencia".
"Yo no quiero que nuestros hijos tengan que matar o morir por lo que piensan".

domingo, 12 de mayo de 2013

Die Raben



"Lo monótona que sería la vida si Dios no hubiera inventado los cuervos"
(Enrique Vila-Matas)

Nos miramos. Fue algo imprevisto, inevitable, el que el destino nos hubiera cruzado en ese momento. Su mirada se me clavó: intensa, fija, negra, unos ojos enormes que parecían tener conocimiento de lo que yo pensaba en cada momento. Me miraba de una forma que me hipnotizaba y me hacía querer gritar, cerrar los ojos y que al abrirlos ya no estuviera. Sentí escalofríos por la espalda, la boca seca, y un miedo paralizador. 

dibujo cuervos sobre fondo blanco  Foto de archivo - 7735361
Solo soy capaz de poner este dibujito.
Realmente no sé desde cuándo tengo este pánico exacerbado a los cuervos. Creo que no hay ninguna historia traumática de la infancia que me haya hecho temer a estos pajarracos, pero lo cierto es que, desde que vi el primero en 2006, en Londres, les tengo un pánico que no puedo controlar de ninguna manera. Si veo u oigo un cuervo (o una corneja, tanto da mientras grazne de esa forma tan metálica), el miedo se apodera de mí, como la gente que ve ratones o cucarachas o una araña. Me da la sensación de que tengo ornitofobia, porque aunque el cuervo sea el pájaro con el que más me pasa, no es el único que me aterroriza.

sábado, 11 de mayo de 2013

Sonata nº 12, K.332. II: Adagio



Hay regalos que en apariencia son sencillos, que parecen simples justamente porque son espontáneos, porque no cuestan ningún dinero, porque se hacen por hacer, y que casi siempre son mejores que los regalos más caros que se dan solo por convencionalismos.

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Antagonista de la Ciudad Posnuclear
Era 2004 y por primera vez me iba de mi casa tres semanas, a un curso de piano a casi tres mil kilómetros. Estuve en un pueblecito en mitad de la naturaleza. Todo lo que había eran caminos con bosques, con pequeños lagos, heladerías y restaurantes, un par de bares y un pequeñísimo supermercado.

martes, 7 de mayo de 2013

El vestido vetado.



En el instituto tuve un profesor que no estaba demasiado cuerdo. Pertenecía a una extraña secta en la que además de ideas místicas para la elevación y unión del alma con la naturaleza, las teorías sobre la conspiración de la construcción de las Pirámides y la falsedad de la evolución darwiniana, le inculcaba la obligación de desterrar el negro de su vidas y llevar cada día de la semana un color determinado. Tras semanas de observación, los alumnos llegamos a establecer su calendario:

Recreación ficticia del armario del susodicho
  • Lunes: morado
  • Martes: rojo
  • Miércoles: amarillo o naranja
  • Jueves: azul
  • Viernes: verde
  • Sábados y domingos: si lo veíamos por la calle, siempre iba de blanco. 

 A pesar de ser consciente de lo absurdo que había en aquella persona, hubo una época en la que pensé que no pasaba nada por intentar tentar la suerte a base de utilizar prendas de ropa que no se vieran demasiado de estos colores en momentos importantes (para la época, exámenes). Todo fue bien hasta que un viernes, ataviada con un jersey verde monísimo, suspendí el del carnet de conducir. Desde entonces, nunca más.

Pues bueno, igual que esta tontería tan ridícula, hay muchas otras supersticiones que me creo a pies juntillas sigo por seguir, aunque básicamente son la misma con distintos protagonistas:

Los bolis que no han estudiado bien un examen, no se presentan. Y tampoco los bolis que han hecho mal otros exámenes. No estoy dispuesta a correr el riesgo de que estén malditos y atraigan la mala suerte permanentemente.

La ropa y los pendientes que han traído buena suerte una vez, se vuelven a poner. Si no, como tampoco estoy tan loca ni tengo tanto dinero como para permitirme el lujo de tirar a la basura ropa y bisutería a lo loco, se les deja un espacio, para que se les (me) pase la tontería. Más difícil lo tienen la ropa o los pendientes que me recuerden a algo malo en especial. Ahí el tiempo pasa de ser solo semanas-meses a años. Me pasó con unos pendientes y una camiseta blanca monísima, y pude recuperarlos a los dos años, cuando la camiseta ya casi ni se llevaba. Ahora me ha pasado con un vestido, menos mal que es de invierno y no lo necesitaré hasta dentro de unos meses, cuando ya se haya pasado el mal fario.


Eso sí, no tengo ningún problema en abrir paraguas en lugares cerrados, no llevar ropa roja en Nochevieja, tengo un precioso gato negro y lo único que me preocuparía de que un espejo se rompiera sería clavarme un cristal.

sábado, 4 de mayo de 2013

Infumables (primera parte)

Hay libros que parece que tienes que leer sí o sí, tanto porque te los recomiendan, como porque te obligan en algún momento de tus estudios, o simplemente porque te empeñas en que tienen que ser maravillosos aunque en realidad sean auténticos bodrios. Hoy voy a hablar de esos libros que o no conseguí terminarme, o me terminé con un esfuerzo enorme que al final no ha merecido la pena. Es una lista que es seguro que engrosará, pero por ahora, aquí va mi inicio del Top de los peores libros ever:

1. MARÍA, de Jorge Isaacs.

Un infumable que no le desearía a nadie. Si lo tuve que leer fue porque hacer Hispánicas tiene sus contrapuntos y los exámenes que ponen pueden ser muy raros y que te dejen en bragas si sólo utilizas resúmenes de internet. Pueden ser tan raros que todos nos esperábamos que al final, después de leernos el peñazo nos preguntaran: "¿Cuántas veces aparecen pájaros negros a lo largo de la interminable novela?". No es algo disparatado que pensáramos esto, ¿eh?, en el examen anterior nos habían preguntado por "el capítulo seis de la primera parte del Martín Fierro", porque obviamente, se espera que nosotros vayamos leyendo y estudiándonos en qué capítulo pasa qué cosa. Escarmentados, decidimos contarlas, por si acaso. Cuatro veces, creo que eran.
Nº 1 en la lista de infumables


 Un resumen rápido de esta obra maestra de la literatura colombiana puede ser: cientos de páginas sobre el amor entre Efraín y su prima María. Nada más que por el nombre de él la cosa empieza siendo prometedora. María es una chavala que se sabe desde el principio que va a acabar mal. Efraín es un pringado que está enamorado de ella y se emociona porque le deja flores frescas encima de la mesa. ATENCIÓN: Eso es lo más cercano a una relación amorosa y carnal que tiene con ella. Ni le coge la mano, oye. Para ser un libro romántico, es demasiado del Romanticismo. Que si la belleza del paisaje (falsa, que el tío la describe como los europeos se la imaginan, cosas de la época), que si los pájaros negros que auguran un futuro negro, que si miradas, coqueteos intrascendentales, el morbo de la enfermedad latente y del parentesco... Nada, que con la de juego que podría haber dado un tema así, lo único que consigues después de leerlo es la satisfacción de saber que nunca más volverás a abrirlo.


2. CINCUENTA SOMBRAS DE GREY, E.L. James

Una es débil y se deja arrastrar por la corriente. Cuando se lee un buen best seller, como la trilogía de Los hombres que no amaban a las mujeres, piensas que puede volver a pasar, que es probable que un libro del que se habla muchísimo acabe siendo mejor de lo que esperas. Este no es el caso.

Y encima eso ni es sado ni es ná
No voy a ponerme a explicar por qué es una basura de las más grandes que he leído en mi vida, eso ya lo hicieron y muy bien en Norma Jean Magazine (esta lectura sí que es altamente recomendable). Lo que sí voy a a hacer es ser sincera: me leí  el primer tomo en un día y medio, en el viaje en coche de este verano a Galicia. Cada vez que me montaba, a leer las tonterías estas. En verano la mente se puede permitir atrofiarse un poco y descansar de Borges, Larra, Lorca, Cernuda o El español hablado en Andalucía. Pero esto ya fue demasiado. Una vez que terminé el primero, y después de darme cuenta de que había perdido unas horas muy bonitas de mi vida que podría haber empleado en, qué se yo, aprenderme letras en inglés de The Killers para no parecer tonta cantando en un idioma inventado, decidí abordar la fantástica y enriquecedora experiencia de ir a por el segundo.

Cincuenta sombras más oscuras fue el colmo. Ahí ya no pude hacer caso omiso de las repeticiones de las mismas expresiones hasta el infinito, ni de esos arrebatos histéricos del pequeño "yo interior" que me recuerdan demasiado a la serie de Lizzie McGuire con el dibujito animado que hacía de conciencia. No. Esta parte me cabreó tanto, que creo que no pude pasar de los dos primeros capítulos. Este libro atenta contra todo lo que la mujer ha intentado desmontar a lo largo de la Historia. No entiendo cómo puede haber gente que lo lea y que no le haga hervir la sangre el hecho de que un señor millonario buenorrísimo trate como a una mierda psicológicamente hablando a una chavala, y que ella se sienta como una diva porque él esté celoso de que vea a un amigo suyo. ¿Hola? ¿De verdad es eso lo que nos gusta a las mujeres? ¿Que un hombre sólo quiera estar con nosotras si nos ve con otro? ¿Nos gusta que nos prohíban ver a nuestros amigos? Igual soy muy liberal, o muy independiente, pero a mí me hacen eso y en lugar de que "mi diosa interior" se ponga a dar saltitos porque "El señor Grey me quiere, me ama, me desea, me chorrean las bragas de pensarlo" yo mando a ese capullo a freír espárragos, dicho muy finamente.

Así que nada, libro a mi hoguera personal. No puedo leer cosas escritas por mujeres que nos hagan quedar como imbéciles. Me niego a perder mi tiempo así.

3. EL MUNDO DE SOFÍA Jostein Gaarder

- "¡Ay! ¡Léete este libro que seguro que te va a gustar!"

Pues no. Este es de esos libros que te recomiendan personas en quienes confías y piensas "no puede ser, me tiene que gustar, no puedo creerme que no me esté gustando, no puedo creerme que vaya a dejarlo por quinta vez en la página 60".

Este tiene al añadido de la repetición. Varios intentos frustrados.


Me da mucha pena, pero es que por mucho que este hombre se esforzara en llevar a la juventud la filosofía, para mi gusto le salió mal. En la misma época (una época larga, de años) en la que intenté leerme este libro, cayó en mis manos uno que no es conocido, El radiofonista pirado, que tenía la misma intención. Ese sí que me gustó en su momento, y creo que fue porque en ese caso no trataban al lector como analfabeto. Me parece genial que la protagonista sea una niña, y que intentes adaptar la Historia de la Filosofía a una cría de diez o doce años, ya no me acuerdo. Pero hazlo bien, hombre de Dios. No lo hagas con un lenguaje absurdo y con un filósofo por correspondencia que va dejando sobres con cartas sobre el tema. Recuerdo también a un perro. No sé si el libro mejora a partir de la página 60. Ya lo digo, si no lo he intentado cinco veces, no lo he intentado ninguna, pero para mí, es uno de los grandes infumables.

4. 1Q84, Murakami.
Otro de esos libros por consejo de. Y este, que conste, sí que me lo he terminado. Las tres partes. Me costó más de lo que era necesario, podría haber hecho cosas muy productivas en el tiempo que tardé en leérmelo (como ver más capítulos de Sexo en Nueva York y haberme ahorrado este blog)

Creo que al final conseguí comprender que la Little People es lo mismo que la Lítel Pipol


No voy a decir que la historia esté mal: este hombre tiene una imaginación admirable. Admirable y que da un poco de "susto", porque tiene planteamientos tan caóticos que me planteo muy seriamente qué tipo de mente puede llegar a pensar esta clase de historias.

¿Que si digo que la historia está bien, por qué lo incluyo en los infumables? Porque le sobran páginas. Y no es por la traducción. Muchas veces los libros pierden por eso, pero en este caso es imposible que se trate de lo mismo. Si Murakami te vuelve a explicar la misma historia veinte veces con las mismas palabras, el traductor te lo va a traducir veinte veces con las mismas palabras en español. ¿Que quieres que eso sea un estilo literario propio? Allá tú. Yo no recuerdo haberme puesto tan nerviosa con la repetición de estructuras en mucho tiempo. Y no solo eso: si llevo ya más de 1000 páginas leyéndote, créeme si te digo que ya sé quiénes son los personajes y qué ha hecho cada uno a lo largo de las dos anteriores partes del libro. Que no hace falta que me lo expliques cada vez que aparece uno "Aomame es bla bla bla bla e hizo bla bla bla y ahora está en bla bla bla". A las diez páginas "porque Amame era bla bla bla bla e hizo bla bla bla bla y se encontraba en bla bla bla".

Somos lectores, no peces.



Y hasta aquí mi cólera literaria de hoy. Continuará, porque seguiré recordando y leyendo, y una no siempre acierta.

viernes, 3 de mayo de 2013

Verspätungen

La puntualidad a veces es esa gran desconocida para los españoles. Lo que no pensamos es que pueda haber imputualidad en países que no sean del Sur. Podemos tolerar que en Francia haya, pero ningún español pensaría que más arriba pueda haber gente que llegue tarde, o peor aún, medios de transporte que no estén a su hora en el andén adecuado.

Pues resulta que pasa, y pasa en Alemania. Ese país en que la palabra "Verspätung" se aprende prácticamente antes que "Bier" o que "Tschüss". Donde un tren que "entfällt" pasa a ser lo más normal del mundo, y una se jode y se aguanta y espera al siguiente tren, que puede pasar al cuarto de hora o a la hora y media.
Imagen real que se puede tomar cualquier día en cualquier estación de NRW

Topicazos de Alemania que son mentira, y que en días como hoy me apetece recordar, cuando el plan es el siguiente:

- Coger un tren en la Ciudad Posnuclear
- Hacer un transbordo en una ciudad cercana a la Posnuclear
- Ir hasta un pueblo de la Posguerra (Mundial)
- Coger un tren hasta el aeropuerto -->>>>>>>  ENFÄLLT!!! ----->>>> Cambio de plan: sube plataformas, corre mucho, móntate en otro tren, corre otra vez, móntate en otro autobús.


Y llegas media hora tarde con tus padres al borde del colapso nervioso porque piensan que quieres dejarlos abandonados en un aeropuerto militar.

Luego dicen que yo soy negativa e histérica, pero al final va a resultar que estoy bastante mejor de lo que podría estar. Y todo gracias a la relatividad del tiempo alemana.



jueves, 2 de mayo de 2013

Sexo en Nueva York

Todo el año pasado mis amigas estuvieron viendo Sexo en Nueva York, por orden, temporada a temporada. Yo no participé en semejante hazaña porque me gusta ir a contracorriente, lo que hoy se llama ser hipster. Y si todas lo hacían, yo me empeñaba en que esa serie de la que había visto un par de capítulos era una chorrada que no merecía mi atención.

Pero la vida da vueltas, sobre todo cuando solo tienes que trabajar doce horas a la semana, apenas tienes nada que estudiar, vives a 2500km de casa y la gente importante que había aparecido en tu vida en la Ciudad Posnuclear se ha acabado yendo. En este estado, decidí empezar a ver Sex and The City (ahora lo pongo en inglés porque así parece que de verdad sé de lo que hablo).