jueves, 16 de enero de 2014

5

En cinco días tu vida da un vuelco sin precedentes. Conoces gente que ya conocías, pero a fondo. Hasta la garganta, me refiero. Hasta los gemidos y las noches desveladas. Hasta el amanecer y el olor de las bragas. Lejos de la civiliación. Lejos de la racionalidad. Y esos cinco jodidos días son suficientes para olvidar cinco años sin gargantas, gemidos, olores ni bragas. Cinco días sobran para involucionar. Para volverte idiota o demasiado listo. Son cosas que ocurren. Cinco.