miércoles, 4 de septiembre de 2013

Ideas que surgen leyendo a Bolaño

Cada lectura es diferente porque, además de la interpretación que a cada cual le pueda suscitar, está lo que uno saca, extrae, de lo que se adueña. Y que cree que nadie más ha pensado antes, aunque no sea así.

2666

(Hasta la  página 70)

Ojalá fuera un hombre. Sería el típico intelectual, o incluso pseudointelectual que enamoraría a una mujer perfecta que me pagaría con indiferencia. Sería como soy ahora, pero en lugar de parecer una idiota por escribir sobre amor, se me consideraría valiente por hablar de sentimientos.

Bebería whisky sin que me dieran ganas de vomitarlo y luego llamaría a un amigo. Podríamos hablar de la chica de la que ambos estamos enamorados y a la que nos follamos. Y seguiríamos siendo amigos. Ante todo la amistad y la nobleza de sentimientos. Siendo mujer, no. Y si lo hiciera, me tacharían de fría o de idiota.
A veces es mejor nacer hombre. O nacer Liz Norton.

Oscuro objeto de deseo en época de trabajos
_____________________________________________________________________________
(Página 90)

Quizás no seamos tan diferentes:

«En la práctica, por el contrario, ninguno de los dos creía en la amistad ni en la fidelidad. Creían en la pasión, creían en un híbrido de felicidad social o pública -ambos votaban socialista, aunque de tanto en tanto se abstenían-, creían en la posibilidad de la autorrealización.»

Seguiremos leyendo.










No hay comentarios:

Publicar un comentario